domingo, 30 de enero de 2011

Necesito salir.


Es lo que grita de vez en cuando. Me golpea el pecho y grita, me agita el pulso y logra sacarme una sonrisa. Yo corro a por papel y lápiz, y la dejo libre. Me guía por el papel, y escribe hasta saciarse. A veces, se marcha y lo deja todo inacabado, y me abandona con la incertidumbre de saber cual será el final. Pocas veces es constante y puede terminar lo que empezó. Es, simplemente, impredecible.
Necesitaba un lugar donde guardar sus trastos, sus retales, esbozos y textos finales. Y aquí está, compartiendolos con cualquiera que quiera hacerlos suyos.

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